¿Existe una fórmula para impedir la despoblación de las zonas de interior a través del turismo rural? ¿Cómo pueden desarrollar los municipios una oferta atractiva para dinamizar su territorio? Diversos factores combinados pueden generar estructuras sostenibles que permitan crear empleo y apego al territorio.
“PARA DINAMIZAR EL TERRITORIO HAY QUE IMPULSAR ACCIONES MULTISECTORIALES”
“Tenemos que dar por superado el municipalismo y abordar el tema del territorio”. Lo dice Aitana Camps, agente de desarrollo local y gerente del Grupo de Acción Local Turia-Calderona, con una dilatada experiencia en el medio rural y en la gestión de ayudas LEADER. “Para ello, es necesaria una sintonía entre los alcaldes de cada mancomunidad para trabajar de manera conjunta y sacar adelante planes que favorezcan la creación de una oferta transversal”, añade la técnico.
Aitana presta servicios a cinco comarcas y 44 municipios de la provincia de Valencia. Conoce bien la competencia que se genera entre localidades vecinas. “Es una lucha constante por llevarse a su pueblo dotaciones. Todos quieren tener piscina, biblioteca, pabellón. Pero tenemos tan pocas personas que muchas de esas infraestructuras creadas no tienen apenas uso. Hay cosas no tan llenas de hormigón que serían más efectivas”, asegura. Por eso, apuesta por un modelo colaborativo: “Si realmente queremos dinamizar el territorio hay que impulsar actuaciones multisectoriales y fomentar que la gente participe. Es fundamental tejer alianzas, trabajar supramunicipalmente”.
Para ello, es necesario que cada municipio ponga su patrimonio en valor: historia, gastronomía, naturaleza. “Hace quince años la gente iba a una casa rural de un pueblo pequeño y se quedaba allí una semana. Ahora se buscan experiencias, actividades determinadas. La ubicación es secundaria, lo principal es la oferta. Si cada ayuntamiento trabaja para él solo no va a poder retener a los turistas durante una semana”. Todo factor diferencial juega a favor del territorio: paisaje, industrias agroalimentarias, pinturas rupestres, yacimientos arqueológicos, actividades de montaña y deportivas. Y hay que combinarlo con instalaciones y servicios de hostelería de calidad apoyados en la gastronomía local para que las personas coman en un sitio, cenen en otro, hagan una ruta en otro y se bañen en un río de la misma zona. “Son estrategias comunes para hacer marca y redundan en la filosofía de territorio”, concluye Aitana.
“LOS AYUNTAMIENTOS TENEMOS QUE HACER DE GUÍAS PARA AYUDAR A TODAS LAS INICIATIVAS”
Los planes de Dinamización y Gobernanza Turística que impulsa Turisme Comunitat Valenciana son una de las mejores herramientas que tienen los ayuntamientos, según Ramiro Rivera, alcalde de Titaguas y presidente de la Mancomunidad del Alto Turia, que cuenta con uno de estos planes. “El turismo puede ayudar muchísimo como una política transversal para evitar la despoblación y atraer a la gente más joven. No es la solución, pero sí una salida y un complemento. Los ayuntamientos tenemos que hacer de guías para ayudar a todas esas iniciativas y complementar así ofertas locales. Si hay gente que tiene iniciativa y el ayuntamiento no acompaña, tendrán más dificultades. Otras administraciones también podrían dar facilidades con una reducción de las cuotas a la Seguridad Social o bonificaciones en el IRPF y la cuota de autónomos”, propone.
Rivera cree que el turismo rural “ha de ir aparejado a una buena política local agroalimentaria y ambiental. Unos montes cuidados y unos buenos servicios solo se pueden mantener si aquí vive gente. Las mancomunidades existen por una necesidad de prestar políticas que localmente los municipios no pueden llevar a cabo. Esta legislatura se demuestra que con el apoyo que dan Turisme Comunitat Valenciana y las diputaciones se pueden hacer más cosas”. El alcalde de Titaguas coincide con la ADL Aitana Camps: “Es básico para los pueblos pequeños estar unidos. Está de moda la división pero eso no tiene futuro, es algo que caerá por sí solo”.
Hace quince años, la gente iba a una casa rural de un pueblo pequeño y se quedaba allí una semana. Ahora se buscan experiencias, actividades determinadas.
TURISMO RURAL: MÁS ALLÁ DE UNA EXCURSIÓN O UN FIN DE SEMANA
Javier Simón pertenece a una familia hostelera que regenta dos hoteles en Segorbe, en el interior de Castellón. Uno de ellos, Martín el Humano, tiene vocación de parador, ya que está en un edificio de 400 años rehabilitado. “Gestionamos 81 habitaciones y tenemos 31 trabajadores fijos, que con los eventuales que contratamos en los picos de actividad pueden llegan a superar la cincuentena. Y el 90% de ellos residen en la comarca”, puntualiza.
Simón pone de relieve la importancia de complementar la oferta hotelera: cafeterías, terrazas, comercios que abran también los fines de semana… Los hoteles de Simón tienen una ocupación media del 85% de viernes a domingo pero, según él, el turismo rural “no se sostiene si no tienes una estructura empresarial que te dé soporte los días laborables: comerciales, montadores, ejecutivos que salgan a comer, aunque sea el menú del día. Nosotros sobrevivimos siendo muy agresivos, teniendo contacto con empresas del Puerto de Sagunto. Nos mandan ejecutivos que cenan y duermen aquí; con eso no ganamos pero no perdemos y tenemos una ocupación que ronda el 45%. El invierno es muy largo”.
“TODAS LAS RUTAS QUE ORGANIZAMOS TIENEN AL MENOS UNA PERNOCTACIÓN”
José Manuel Almerich, experto en turismo rural y autor de libros como Pobles abandonats. Els paisatges de l’oblit, cree que el interior de Alicante tiene “un potencial enorme, que está permanentemente alimentado por el flujo desde el litoral, sobre todo por la cercanía de ciudades turísticas como Dénia, Calpe o Benidorm”.
Su agencia Mapa de Ruta organiza actividades de turismo rural respetuosas con el entorno, como el excursionismo paisajístico y cultural o el cicloturismo. “Siempre con la premisa de que sean mínimo una o dos noches, ya que es la única forma de que el visitante pueda contribuir al desarrollo económico de la zona con la pernoctación, las comidas o cenas. De nada servirá una excursión de un día por un sendero marcado, si los turistas comen en la montaña y vuelven por la tarde a su lugar de origen. Al menos hay que hacer una comida en algún lugar de la población que destaque por su gastronomía tradicional completando así la visita turística y si es pasando uno o varios días, mejor. De esta manera se compensa el esfuerzo de los municipios que realizan inversiones en el diseño de rutas, señalización de las mismas y mantenimiento de los senderos”.
Además de los Planes de Gobernanza y Dinamización, Turisme Comunitat Valenciana trabaja también en el proyecto CreaTurisme. Un plan centrado en el impulso de nuevos productos vinculados al territorio. De esta manera, se busca el desarrollo de nuevas rutas culturales. El objetivo es poner de relevancia el patrimonio o la historia de una zona determinada. Pero también su gastronomía, su riqueza natural y paisajística o su oferta deportiva . Su objetivo, en el que se trabaja de forma conjunta con ayuntamientos y empresas locales, es ofrecer experiencias que puedan disfrutarse durante todo el año y que resulten atractivas para distintos segmentos y mercados, tanto a nivel nacional como internacional. La Comunitat Valenciana es un territorio diverso, plural, dinámico y acogedor, con miles de propuestas de valor para que nos escojan.