MDN

Suscríbete a Turisme CV Magazine

TORREBLANCA: EL MEJOR PASTELERO DEL MUNDO

Makito es una estudiante japonesa de la escuela de pastelería de Paco Torreblanca en Petrer. Cruzó el planeta para venir a estudiar a la Comunitat Valenciana y volvió a Japón con las recetas y productos valencianos en la cabeza y el corazón. Ahora ha abierto su propia pastelería en Tokio donde los japoneses pueden comprar dulces tradicionales valencianos, turrones, tocino de cielo…

Historias como ésta han hecho que la International School of Pastry Arts del maestro pastelero Paco Torreblanca sea merecedora este año del Premi Turisme Comunitat Valenciana a la formación, investigación e innovación turística.

 

“Éste es el premio más importante, el de mi tierra, yo soy alicantino y valenciano y es una verdadera satisfacción” nos cuenta Paco Torreblanca al hablar de este Premi Turisme CV que se suma a una lista de más de 150 galardones tan importantes como el de Mejor Pastelero del Mundo y Mejor Chef Pattisier por la Academia Internacional de Gastronomía.

 LA GUERRA CIVIL, PARÍS Y LA CASUALIDAD

Paco Torreblanca lleva más de 6 décadas endulzando la vida de millones de personas pero su destino no fue elegido. La Guerra Civil, París y la casualidad son algunos de los ingredientes que decidieron la receta de su vida. Su padre era oficial del bando republicano y fue encarcelado más de 15 años. Conoció al francés Jean Millet, uno de los pasteleros más prestigiosos, que había venido a España en las Brigadas Internacionales. Su amistad fue tal que envió a su hijo a París a trabajar con él. “Yo siempre digo que soy pastelero por accidente. Si mi padre hubiera coincidido con un ferretero quizá ahora sería ferretero” comenta risueño.

En aquel momento tenía sólo 12 años y no volvería a España hasta los 25, después de terminar su formación en la Escuela de Bellas Artes y aprender el rigor, la disciplina y la técnica pastelera de la mano de Millet. En 1978 abrió su primer negocio en Elda, llegaron los premios y galardones nacionales e internacionales y fue escogido para elaborar la tarta nupcial de los Príncipes de Asturias en 2004.

DESDE PETRER A AMÉRICA, EUROPA Y ASIA

Por aquellos años ya llevaba tiempo viajando por el mundo impartiendo clases, desde América a Asia, “y pensé, ¿por qué en vez de viajar yo, no vienen los alumnos a mi tierra?” y ahí decidió emprender su proyecto de formación: la International School of Pastry Arts, que abrió en 2013 en Petrer. Ese mismo año ya consiguió atraer alumnos de 9 países diferentes (México, Colombia, Singapur, Alemania, Suiza, Tailandia, Italia, Suecia y España).

Desde entonces ya han formado a más de 600 alumnos, han abierto una escuela on line y disponen de una nueva sede en Madrid gracias a la colaboración con un empresario japonés. Este mismo inversor ha comprado ya un antiguo convento también en Madrid que el año que viene se convertirá, además, en la primera universidad de cocina y pastelería con una residencia para estudiantes de 40 habitaciones.

“Antes, País Vasco y Cataluña eran la punta de lanza en hostelería y pastelería y nosotros estábamos en segunda división. Ahora esto ha cambiado. Somos referencia internacional. A la escuela vienen alumnos desde California hasta Japón, usamos materias primas de nuestra tierra y luego ellos son prescriptores de nuestros productos en sus países” asegura Paco Torreblanca.

NOSTALGIA DE LOS ROLLOS DE VINO

El maestro pastelero habla orgulloso de esta enorme evolución pero también recuerda con nostalgia recetas tradicionales valencianas que se han ido perdiendo. “Yo nací en Villena y allí, en las fiestas de septiembre, las calles se llenaban del aroma a pasteles tradicionales como los rollos de vino que hacían las mujeres en sus casas. Uno de mis sueños es llevar a aquellas mujeres al aula, un curso para enseñar sus elaboraciones tradicionales”

Paco es un gran defensor de “revisitar lo antiguo, aligerar grasas y azúcares pero mantener sabor y aroma”, nos cuenta, recordando unas tartaletas cuyo sabor recordaba a los antiguos rollos de vino.

Así lo hace en el obrador y así lo hace también en su vida y su familia, donde ha conseguido transmitir la pasión dulce a su hijo Jacob y su nieto, 3 generaciones Torreblanca al frente de la International School of Pastry Arts.