La existencia de una buena conectividad aérea es, sin duda, uno de los factores clave para el crecimiento y consolidación de la demanda turística hacia un destino. El incremento de conexiones aéreas directas no sólo entre los aeropuertos más importantes, sino entre todo tipo de aeropuertos en Europa ha sido muy destacable en la última década, lo que ha posibilitado la expansión y surgimiento de nuevos destinos turísticos y la consolidación de otros muchos en todo el continente.
Este incremento global de la conectividad aérea en Europa comenzó a finales de los años 90, espoleado por la liberalización del espacio aéreo de los estados de la Unión Europea mediante la puesta en marcha de la llamada “Política de Cielos Abiertos” (Open Skies Policy) a partir de 1998 que establecía un único espacio aéreo en los países de la Unión, reduciendo así notablemente los trámites administrativos y los costes para el establecimiento de conexiones aéreas; lo que conllevó a su vez la expansión de las líneas aéreas denominadas “de bajo coste” y la reestructuración del mercado de aerolíneas a todos los niveles.
Todo ello contribuyó a potenciar una demanda latente de vuelos en los diversos países europeos y a un crecimiento global del turismo en coincidencia con el periodo de expansión económica que duró hasta aproximadamente el año 2008. La crisis económica que se inició en ese año y se prolongó en muchos estados durante siete u ocho años más, si bien redujo el ritmo de expansión de nuevas rutas y el incremento de pasajeros, no impidió, sin embargo, que continuara el crecimiento de ambos durante todo este periodo.
Los pasajeros que han pasado por los aeropuertos de la Comunitat se han incrementado casi cinco millones en apenas dos años.
En este contexto, los aeropuertos de la Comunitat Valenciana no han sido una excepción. Si bien València, o en menor medida, Alicante-Elche se vieron afectados por la crisis económica entre 2009 y 2014, a partir de esa fecha el crecimiento de nuevas rutas y de pasajeros ha sido en ambos casos muy notable. Así, la cifra de pasajeros del aeropuerto de Alicante-Elche se ha incrementado en el trienio 2015-17 en un tercio (32,9%), pasando de los diez millones y medio en 2015 a los más de trece millones y medio en 2017. Lo mismo ha sucedido en el aeropuerto de Valencia, con un crecimiento total acumulado en el trienio 2015-2017 de un 41%, pasando de algo más de cinco millones de pasajeros en 2015 a seis millones setecientos mil en 2017. Por su parte, además, la puesta en marcha del aeropuerto de Castellón a finales de 2015, ha supuesto que, desde el inicio de las operaciones a finales de 2015, más de 350.000 pasajeros hayan pasado ya por sus instalaciones.
Así pues, los pasajeros que han pasado por los tres aeropuertos de la Comunitat han pasado de algo más de 15 millones y medio en 2015 a cerca de 20 millones y medio en 2017. Es decir, casi cinco millones en apenas dos años.
En paralelo a este incremento de pasajeros, también se ha producido durante el periodo 2015-2017 un notable aumento de las ciudades que cuentan con conexión aérea directa con la Comunitat. Así, durante el verano de 2018, el aeropuerto de Alicante-Elche ha contado con 126 destinos en ciudades de toda Europa y del Mediterráneo, conectados directamente, y Valencia con otros 82.
La diferencia en la oferta de vuelos entre la temporada de invierno y verano se reduce.
Además, otro efecto muy positivo del aumento de conexiones directas y pasajeros vivido durante estos años, ha sido una reducción de la estacionalidad de los vuelos y, por tanto, de la estacionalidad del mercado turístico, uno de los males que tradicionalmente ha aquejado a nuestro sector. Así, aunque continúa habiendo una cierta estacionalidad, tanto en el caso de Alicante, como en el de Valencia-Elche, la diferencia tanto en el número de vuelos, frecuencias y pasajeros entre la temporada de invierno (noviembre a marzo) y verano (abril-octubre) se ha visto considerablemente reducida durante los últimos años.
Ciertamente, en el crecimiento del mercado aéreo en la Comunitat han intervenido factores coyunturales, tales como las crisis económicas y sociales de destinos competidores mediterráneos o la relativa bonanza económica del periodo en la mayoría de mercados emisores europeos, entre otros. Factores estos que, sin embargo, se están viendo notablemente alterados durante 2017 y sobre todo durante 2018, en especial con la vuelta al mercado turístico de otros destinos mediterráneos competidores. Esta situación está llevando a una ralentización del crecimiento durante 2018 en el aeropuerto de Alicante-Elche, que sin embargo ha alcanzado los 9’5 millones de pasajeros en el periodo enero-agosto de 2018, a un incremento todavía fuerte en Valencia (incremento acumulado de 9’2% en dicho periodo) y a una cierta disminución de las cifras del aeropuerto de Castellón, en este caso por la supresión de alguna de las rutas o la reducción de frecuencias de otras.
OBJETIVOS DE FUTURO:
-
Consolidación del crecimiento
-
Incremento de las rutas directas con el Este de Europa y el Mediterráneo
-
Aumento de las conexiones con Escandinavia
-
Conexiones de largo radio.
La mejora de la conectividad aérea ha sido pues, causa y consecuencia del notable crecimiento del turismo en nuestra Comunitat durante los últimos años. En estos momentos, con una coyuntura de demanda no tan favorable, cabría plantearse cuáles son los principales objetivos de la conectividad aérea de nuestra Comunitat para los próximos años desde una perspectiva turística.
Muchos de ellos, son probablemente comunes al conjunto de la Comunitat, como la consolidación de los incrementos de rutas y pasajeros alcanzados durante los últimos tres o cuatro años, o continuar con la paulatina reducción de la estacionalidad, que como hemos visto se ha reducido bastante en los últimos años. Común a todos sería también proseguir con el incremento de conexiones directas con algunos de los mercados emisores emergentes del centro y este de Europa, por los que varias líneas aéreas han apostado por nuestra Comunitat en los últimos años, pero que probablemente cuente todavía con márgenes de crecimiento, permitiendo así atraer a una demanda creciente que cuenta con niveles de renta que crecen lentamente pero de manera sostenida. Así como también lo sería lograr atraer conexiones de largo radio o intercontinentales, objetivo que no es sencillo, dado que se trata de destinos cubiertos fundamentalmente desde Madrid y Barcelona u otros hubs europeos, aeropuertos que sin embargo cuentan cada vez más con conexiones a ciudades y aeropuertos europeos de tamaño medio.
En otros casos, los objetivos dependerán de la realidad concreta de cada aeropuerto, como puede ser el caso de la escasez de rutas entre Valencia y los países escandinavos. Se trata, en definitiva de afianzar el papel fundamental que la conectividad aérea juega en el desarrollo y evolución del sector turístico y en objetivos clave a medio y largo para nuestro sector como es la desestacionalización y diversificación de los mercados emisores.