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MAR DE FULLES: VIVIR LA SOSTENIBILIDAD

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Pero probablemente, una experiencia, una vivencia, valga más que mil imágenes juntas. Es lo que pensó Juan Manuel Urban cuando decidió dejar su actividad como coordinador local de Greenpeace en València y lanzar el proyecto Mar de Fulles, un hotel-restaurante en la Sierra de Espadán reconocido este año con el premi Turisme Comunitat Valenciana al turismo sostenible.

“Montábamos puestos de información y concienciación de Greenpeace en el centro de la ciudad de València, enfrente de El Corte Inglés, pero sólo se acercaban personas que ya conocían la organización o ya interesadas en sus valores” cuenta Juan Manuel. Se le ocurrió entonces la idea de hacerlo al revés, en vez de llevar información a los lugares donde está la gente, llevar a la gente a un lugar dónde no sólo encontraran información sobre conservación medioambiental sino que pudieran vivir la sostenibilidad.

Y ¿por qué un negocio turístico? No querían que fuera una vivencia fugaz, querían que se experimentara el modo de vida sostenible las 24 horas, explica Urban, “necesitábamos que fuera un alojamiento. Así no hace falta que les expliquemos las ventajas de la bioconstrucción, los huéspedes comprueban cómo se puede dormir fresquito sin aire acondicionado, ven desde su mesa en el restaurante cómo se recogen los productos de la huerta que ellos están comiendo, etc, la concienciación sostenible está en todos los momentos del día”.

EL PRIMER HOTEL 100% AUTOSUFICIENTE DE EUROPA

Mar de Fulles es el primer hotel 100% autosuficiente de Europa. Está construido integrado en la orografía de la montaña, con criterios bioclimáticos, con cal, madera y termoarcilla. Todo está pensado para reducir el impacto medio ambiental. Desde su construcción, cuyas emisiones de CO2 se compensaron plantando 40.000 alcornoques hasta su actividad: dispone de su propia instalación fotovoltaica, su propio pozo de agua a 160 metros de profundidad y usan productos de su propia huerta o de km.0.

El establecimiento dispone de un hotel de 4 estrellas con 30 plazas, un albergue especializado para grupos de yoga de 40 plazas y un restaurante. Abre al público principalmente de viernes a domingo pero entre semana siempre tienen eventos de empresa. Al año facturan unos 600.000 euros y atienden unos 3000 clientes.

Toda la actividad la mantienen con energías renovables generadas por ellos mismos. “Cubrimos nuestras necesidades energéticas con 80 kw de potencia instalada y el suministro de agua con solo 12000 litros a la semana. Eso supone tener el pozo en marcha sólo dos horas y nos cubre incluso el riego” explica el propietario.

LA SOSTENIBILIDAD ES RENTABLE

Mar de Fulles es un ejemplo de que la sostenibilidad es rentable. “Abrimos en 2016 y ya hemos llegado al punto de equilibrio. Tenemos 60 inversores que ahora son los propietarios del establecimiento y cada mes les vamos devolviendo su aportación con intereses. Es una forma de financiación con micro inversores, desde 50 euros, que facilita la plataforma ECrowd” nos cuenta Juan Manuel, quien explica también que trabajan con la banca ética Fiare.

Ante la inflación actual y la subida de costes, Mar de Fulles no ha visto incrementada su factura de luz y agua y no ha subido sus tarifas, ahora bien, “hemos tenido que recurrir al ingenio en la cocina y remodelar la carta para asumir el sobrecoste de los productos que compramos”.

Las materias primas que utilizan son todas de km.0 e incluso han lanzado su propia marca de productos ecológicos. Encargan la elaboración ecológica de vino, cerveza, aceite y miel y la comercializan bajo la marca Mar de Fulles.

LA SOSTENIBILIDAD VENDE

Cada vez más la sostenibilidad, vende. Juan Manuel dice que al principio los clientes elegían Mar de Fulles porque es un hotel bonito, con encanto, en la montaña, cerca de la playa, pero desde que tienen un equipo de comunicación y cuentan toda su historia han observado un cambio en la clientela: “ahora vienen más personas concienciadas, amantes de la naturaleza, sobre todo en temporada baja”.

Este mismo perfil es el que busca Mar de Fulles cuando contrata personal. Juan Manuel dice que no han tenido problemas para encontrar profesionales y conseguir que se queden a pesar de estar ubicados en plena sierra. La clave: “no buscamos trabajadores, buscamos personas. Personas que compartan el proyecto y nuestros valores, que tengan empatía, respeto y calidad humana. Prefiero que tenga valores a que sepa abrir bien un vino” cuenta el responsable de Mar de Fulles. Él mismo nunca había trabajado en hostelería y turismo cuando abrió el establecimiento, se ha formado y ha aprendido trabajando y, como él, las 10 personas que ahora trabajan con él.