“La música es la nueva gastronomía” es el título del informe realizado por la OMT y Colombia y presentado en la última World Travel Market. El mismo secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili manifestaba que la música es “vector principal de turismo” y “herramienta para ensalzar los destinos y contar mejor sus historias.” Pero ¿es así en la Comunitat Valenciana y en España? ¿qué reconocimiento tiene esta industria como motor económico, qué relevancia le da el turismo, qué valor le da la sociedad?
“La industria musical supone el 3’2% del PIB español pero no somos reconocidos como sector económico productivo” aseguraba el presidente de Es Música, federación de la música de España, Joaquín Martínez, en las últimas jornadas Tiim, de Turismo Musical, celebradas en Valencia. “El turismo considera la música como un complemento, no como un motor, aunque el turismo musical tiene precisamente la música como motivación principal del viaje” afirmaba Sergi Almiñana, secretario de MusicaProCV. “La crisis ha evidenciado la escasa jerarquía que todavía tienen las industrias cultural y musical en su papel económico. Hemos de salir de esta crisis entendiendo definitivamente su valor. Hemos de trabajar este reto reputacional” animaba el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer.
LA PANDEMIA Y EL RETO REPUTACIONAL
Habitualmente la economía ligada al ocio y la música no se valora con la misma importancia que otros sectores productivos. Sin embargo, la alta gastronomía ha sabido salir de ese círculo y gozar de una mayor reputación social al vincularse a otros valores como la innovación, la cultura autóctona y la salud. Pero también la música puede vincularse a salud, innovación y cultura autóctona.
“Los sanitarios curan el cuerpo pero hay otros aspectos de nuestra salud, corazón y cabeza, que también necesitan estar sanos y ahí la cultura y la música tienen mucho que hacer. Por eso para 2021 estamos trabajando en la estrategia Cultura para la recuperación” decía en las jornadas Tiim la secretaria autonómica de cultura, Raquel Tamarit, quien se mostraba segura que la pandemia puede ser una oportunidad para mirar el futuro de otra forma.
Una oportunidad para generar innovación, ocio inteligente. “Un concierto es un activo para una ciudad. Queremos que la gente se divierta con el ocio inteligente y seguro” decía Manuel Saucedo, gestor del recinto WiZink Center de Madrid, quién, además del control de aforos, uso de mascarillas y gel hidroalcohólico, relataba otras medidas de seguridad instaladas en el pabellón madrileño como la renovación de aire cada 12 minutos y el testeo de CO2 para comprobar que, a pesar de ser un recinto cerrado, existe una ventilación similar a la de una actividad al aire libre.
Tenemos mimbres en nuestra historia y cultura propias para crear una marca musical en la Comunitat Valenciana. Somos la tierra de las bandas de música, tenemos escuelas de música de prestigio y festivales reconocidos. “Es tremendamente importante promover el talento local y las salas, no sólo los grandes conciertos. Los turistas vienen todos los días y es el sector musical local el que puede crear un producto turístico auténtico y diferencial” decía Antonio Bernabé, director de Visit Valencia.
CÓMO CREAR UNA MARCA TURÍSTICA MUSICAL
Impulsar oferta turística singular
En la Comunitat, Turisme Comunitat Valenciana lleva ya camino recorrido en el impulso del turismo musical con la creación de la marca #MediterranewMusix que pretende impulsar oferta musical local que aporte valor diferencial. Igualmente la marca #MediterranewFest promueve la celebración de grandes eventos musicales de impacto turístico. “Toda la oferta, las salas, nuestras bandas de música, los grandes festivales… incluso la ambientación musical en los hoteles se ha de trabajar para crear un valor, una marca de destino” explicaba Francesc Colomer.
En Valencia, Antonio Bernabé reconocía que en la ciudad no trabajaban la música como producto diferente, estaba integrada en la promoción del turismo cultural pero “ahora hay una oportunidad para crear un programa singular por la cantidad de fondos extraordinarios que estarán disponibles para la recuperación y también porque la industria está organizada y concienzada para trabajar en clave de producto turístico y plantear incluso maridajes como música y gastronomía o música y deporte. Son modelos que han funcionado en ciudades como Barcelona, Amsterdam o Londres”.
Valencia, además, contará a partir de 2023 con el Casal España Arena, que según su gerente Víctor Sendra, viene a “hacer la tarta más grande, no a repartirla. Tenemos que buscar fortalezas, desestacionalizar, abrir el abanico, generar actos intergeneracionales.”
Crear un music tourist board público-privado
Paloma Medina, de Sound Diplomacy, consultora responsable del manual “Music is the new gastronomy”, recomendaba a los destinos crear comités de trabajo entre agentes públicos y privados, realizar un mapeo de recursos (salas, eventos…) y extraer y compartir datos para elaborar una estrategia conjunta.
Antonio Bernabé puso como ejemplo de metodología de trabajo el que se ha aplicado al turismo cinematográfico. “Creamos una Film Office y en 4 años se han multiplicado por 15 las solicitudes de rodaje. Estoy seguro que si trabajamos igual el turismo musical, tendremos frutos”.
La necesidad de diálogo entre el sector de la música y el del turismo fue un argumento recurrente en el debate Tiim. Sin embargo, los hoteleros conocen la importancia de la música. La secretaria de Hosbec, Nuria Montes, aseguraba que mantienen relación constante con los promotores de festivales en la Comunitat y afirmaba que la música, al igual que los viajes, son gastos que están escalando posiciones en la cesta de la compra de los consumidores, incluso por encima de la moda y el vestir.
Crear paquetes de experiencias musicales
También las agencias de viajes trabajan desde siempre en la organización de viajes motivados principalmente por la música pero, según evidenciaba el presidente de AEVAV, Miguel Jiménez, es difícil paquetizar porque no les es fácil conseguir entradas a los conciertos. Manuel Saucedo, de Wizink Center, lo reconocía, “tiene razón. Los promotores de grandes artistas no tienen en cuenta esos cupos de entradas para hacer paquetes”.
Saucedo contó que el Wizink Center aporta 220 millones de euros al PIB de la Comunidad de Madrid y atrae turismo tanto nacional como internacional (el 34% de sus visitantes son de fuera de Madrid, el 13’5% incluso de fuera de España). Por ello, reclamaba más relación con las administraciones públicas gestoras de destino. “No pedimos ser subvencionados pero sí que la ciudad viva de la expectación del concierto”.
Desde Turisme Comunitat Valenciana, el mismo secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, apostaba por impulsar las sinergias entre todos. “Hay que quitar palos en las ruedas para seguir trabajando en la sinergia entre música y turismo. La realidad nos demuestra que es posible. El FIB fue motor de posicionamiento para Benicássim. Desde Turisme CV impulsamos la paquetización, como lo ha hecho la Federación de Sociedades Musicales con su producto experiencial musical Music Immersion, y como lo estamos haciendo con el Bono Viaje CV con el que promovemos paquetes entre alojamientos y experiencias”