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HOSTELERÍA Y TURISMO COMO SALIDA LABORAL PARA PERSONAS SIN RECURSOS

Maxine Ntemana nació en Burundi hace 40 años. A los 13 salió de África a Europa y llegó a Bélgica. Allí estudió y desde entonces ha vivido también en Francia y España. Habla francés, inglés y español. Pero la vida le dio un vuelco y de repente se vio acudiendo a la puerta de Casa Caridad, en València. No tenía trabajo ni hogar. Ahora sigue viviendo en una de las casas tuteladas de esta ONG valenciana pero sonríe porque mientras nos cuenta su historia le llaman del SH Valencia Palace. Este hotel la ha contratado como extra para refuerzo en su servicio de sala y la avisan para trabajar.

Maxine es una de los 20 alumnos y alumnas del curso “Iniciación a la hostelería. Cocina y sala” del programa que realizan la Red de Centres de Turisme Comunitat Valenciana, la asociación hotelera Hosbec y Casa Caridad dirigido a personas sin recursos.

En 2022 el programa ha ofrecido este curso y otro de “Limpieza de instalaciones en hoteles” en el que se inscribieron 16 personas. Según Raquel Fernández, técnico de formación de CdT València, a partir de octubre se analizarán nuevos cursos para 2023 y se mantendrá la colaboración con Casa Caridad y Hosbec.

Javier Vallés, vicepresidente de Hosbec y director de SH Hoteles, es un convencido de la responsabilidad social empresarial. “Estamos colaborando en la formación de los ciudadanos desplazados por la guerra de Ucrania, ¿por qué no hacer lo mismo y ayudar a colectivos vulnerables que ya están aquí?” cuenta en referencia a los cursos en ucraniano que ofrece igualmente la Red CdT.

SENTIRSE PARTE DE UN EQUIPO

Los/as alumnos/as, en su mayoría con duras historias de vida a sus espaldas, destacan la sensibilidad de profesores y empresas implicados en este programa. “Del curso me ha llamado la atención la forma de enseñar de la profesora, ha sido muy buena con nosotras; y de las prácticas, la buena organización y el funcionamiento del hotel, el compañerismo entre las compañeras y la gobernanta…” explica L.Z., quién trabajó en Marruecos en un hotel de 5 estrellas pero se encuentra ahora bajo la tutela de Casa Caridad. Ha sido víctima de violencia de género, tiene un niño de 2 años y está en proceso de desahucio pero se inscribió en el curso de limpieza en hoteles con la ilusión de volver a trabajar como hacía en su país natal.

“En Bélgica trabajaba de secretaria y allí la gente es más fría. Aquí tenemos los mismos objetivos en el trabajo pero la manera de hablar, de explicar las cosas, de hacerte sentir parte del equipo es diferente, es una relación más humana” asegura Maxine sobre el trabajo que realiza en el SH Hotel Valencia Palace. “He trabajado ya en desayunos y en el servicio de habitaciones. Es cierto que es un trabajo que requiere motivación y ser dinámico, has de prestar atención a muchas cosas a la vez, tener ojos en todos lados, pero me encanta porque en el hotel hay muchos clientes internacionales y puedo hablar en francés o inglés.”

Celia Ariza, natural de Argentina, recuerda que fue con miedo a las prácticas porque “nunca antes había hecho ese trabajo pero el ambiente fue excelente. La gobernanta incluso me pidió mi número personal para poder recomendarme. He hecho amistades dentro del hotel y sigo en contacto con mis compañeras”.

LA DIFICULTAD DE CONSEGUIR EL PERMISO DE TRABAJO

Celia acabó el curso de limpieza con tan buena valoración que le ofrecieron un contrato pero ha sido imposible formalizarlo porque el hotel necesitaba su incorporación inmediata y los procedimientos burocráticos para conseguir su permiso de trabajo se iban a alargar 7 meses. “Ésta es la cuarta vez que me pasa, que me van a contratar pero cuando ven que tienen que esperar tanto tiempo, desisten” se lamenta.

Lorena Alfaro, trabajadora social de Casa Caridad asegura que “todos, coordinadores, profesores y usuarios, hemos puesto mucho cariño en este programa pero es cierto que la inserción laboral no puede ser inmediata”.

Esta organización fue la encargada de seleccionar a los alumnos del programa, la mayoría inmigrantes. Debían tener aptitud, compromiso y NIE (número de identidad de extranjero) o pasaporte, que es la documentación necesaria para iniciar el proceso de arraigo social que les otorga el permiso de residencia y trabajo. Según nos explica Lorena, “este proceso requiere presentar a Extranjería diversos documentos como empadronamiento, informe municipal de arraigo, informe de antecedentes penales y un contrato prelaboral de 1 año”. Una vez presentados todos los documentos, la respuesta a la solicitud tarda varios meses por lo que, si pasado ese tiempo, el empresario ya no está en disposición de contratar no tiene compromiso de hacerlo. Igualmente el empresario no tiene que costear los trámites. Casa Caridad se hace cargo de los costes de asesoría jurídica, tasas, etc de toda esta tramitación.

El pasado mes de agosto entró en vigor una reforma del reglamento de extranjería que pretende flexibilizar estas condiciones y crea una nueva fórmula para obtener el permiso de residencia llamada “arraigo por formación”. En todo caso, es un requisito el disponer de un contrato firmado para solicitar el permiso de trabajo.

Igualmente esta reforma pretende mejorar la tramitación de expedientes creando una nueva unidad administrativa que dé apoyo a las oficinas de extranjería.

REGISTRO DE CANDIDATOS DE PRIORIDAD SOCIAL

El programa de formación entre la Red CdT, Hosbec y Casa Caridad tendrá continuidad y los futuros alumnos podrán acogerse a las novedades en el reglamento.

De momento, en su primera edición, Maxine ha podido ser contratada en el hotel donde realizó sus prácticas porque tiene la nacionalidad belga y, según Lorena, otra alumna no ha conseguido trabajo en hostelería o turismo pero sí en una cadena de alimentación.

Ahora bien, según la trabajadora social de Casa Caridad “aunque la mayoría no ha conseguido empleo, sí les ha beneficiado a nivel psicosocial, reforzando su autoestima, ampliando su curriculum y su red de contactos. Una puerta abre otra puerta” dice Lorena. Además, considera que si hay empresas interesadas y se puede iniciar el trámite, aunque el plazo sea largo, para la próximas temporadas altas: Navidad, Fallas, Semana Santa… los usuarios podrían estar ya en condiciones de ser contratados.

Según Javier Vallés “la actitud y predisposición de los alumnos ha sido muy buena, los hoteleros que les han ofrecido prácticas han hecho una valoración muy positiva y ahora tenemos una base de datos para que un hotel en un momento dado pueda incorporar a estas personas, un registro de candidatos de prioridad social porque son personas en situación económica precaria y necesitadas de sentirse útiles”

Raquel Fernández también considera positiva esta primera edición del programa y apunta que ahora dedicarán tiempo a planificar la segunda edición junto a Hosbec y Casa Caridad para plantear cursos con posibles niveles: iniciación o avanzado e incluso nuevos nichos de empleo dentro de la hotelería como el de mozo de equipaje.

Nota: Los casos referenciados en este reportaje son reales pero sus nombres son ficticios con el objetivo de preservar la identidad de las personas.